Compré la moto por un sueño personal, algún día la venderé por un sueño en común.
Conocí motociclistas que me enseñaron algo y enriquecieron mi espíritu, conocí a otros de los que me alegro haber olvidado.
Me mojé, tuve frío, calor. Reí mucho dentro del casco, hablé mil veces conmigo mismo.
Canté y grité de alegría como un loco.
Y si… a veces lloré…
Vi lugares maravillosos y viví experiencias inolvidables.
Algunas veces perdí el trasero del dolor y otras sentí miedo.
Muchas veces hice curvas que hasta Valentino estaría orgulloso. Otras veces hice curvas de terror.
Me detuve mil veces a mirar un paisaje.
Saludé y hablé con desconocidos, cuando en la vida me cuesta hacerlo con gente que veo todos los días.
Viajar en moto te hace modesto. Te hace ver el pequeño lugar que ocupas en el mundo, porque hay lugares donde uno se queda, y lugares que quedan en uno.
Salí con los demonios dentro y volví a casa con paz en el corazón.
Algunas veces pensé que era peligroso, siempre que subo en mi moto pienso en lo maravilloso que es.
Dejé de hablar con personas que no entienden lo que ésto es, y paso horas hablando con alguien que ni siquiera podría hablar.
Gasté dinero que no podía con renuncias y sacrificios, pero todas estas cosas no valen un momento en el que estoy arriba de mi moto.
Solo un motero sabe por qué los perros sacan la cabeza por la ventana del coche
No es un medio de transporte ni un pedazo de hierro. Es la parte perdida de mi alma y de mi espíritu.
No importa la moto que conduzcas, importa la manera de vivirla
A quien me dice: la tenés que vender, debes crecer y ser una persona seria…
Yo no contesto, simplemente bajo la visera.
Y sonrío… si no lo entendiste… segui de largo.
Texto adaptado de la fábrica Max masters y otros sitios.
Mi cara de felicidad en el camino de Humahuaca a Santa Ana, detrás del Hornocal, sosteniendo la moto para la selfie porque sino el viento de a ratos quizás la volteaba hacia la quebrada. Esa sonrisa estuvo presente de a ratos hasta llegar a Libertador Gral. San Martin. Una experiencia en solitario rodando en moto inolvidable.