La cultura maker busca DISEÑAR, PENSAR y CREAR soluciones «fáciles» o no profesionales para llevar a cabo proyectos tecnológicamente complejos. El conocimiento está al alcance de todos. Ser maker es vincularse más estrechamente con la ciencia, la tecnología, el arte y la innovación. La electrónica y la robótica cumplen un rol fundamental, aunque también se fusionan con oficios más relacionados al trabajo artesanal; todo esto para crear nuevos artefactos o intervenir otros ya existentes.
Desde hace unos años comenzó un movimiento cultural asociado a la democratización del conocimiento y a poner de manifiesto que todos podemos ser creadores. Gracias a internet surgió inicialmente el DIY (do it yourself), es decir, ¡hacelo vos mismo!, fomentando así las creaciones colectivas.
Los makerspaces se han convertido en espacios de aprendizajes desestructurados, orientados a proyectos, donde se habilitan momentos para crear, fallar, encontrar soluciones y escuchar otras opiniones, propiciando así, el intercambio de ideas y el trabajo en equipo de manera colaborativa.
Todos podemos aprender, inventar y colaborar para una sociedad inclusiva. Hacer, experimentar e involucrarse desde un enfoque lúdico.